viernes, 24 de septiembre de 2010

Chichimeca en Málaga



Nos vamos a Málaga a perfoliarla (que ya era hora)!


Esta noche, a eso de las 9, estaremos junto a Manuel del Barrio y Ricardo Moreno en la sección de "Poesía Macarra" del aniversario de la revista Youthing. Será en Casa babylon, c/ Pedro de Quejana, 3 (esquina C/ Conde Ureña, zona plaza de la Victoria). Acérquense, no creo que se queden indiferentes.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Emerita Augusta

"Qué barbaridad haber tenido que esperar
para vernos de tan cerca"
Babasónicos


Ha llovido (anoche/desde que nos conocimos/desde que escuché por primera vez a los Babasónicos/desde que te escribí esto). Llovió en Mérida. Y se me cayeron los palos del sombrajo. Llovió en Mérida y arrastró la lluvia un buen puñado de recuerdos.

El cuento de nunca acabar

Tengo que llevar un cartelito
pegado en la frente,
si no, no me lo explico
(en realidad, sí que puedo,
pero no quiero ni pensarlo).

Yo mismo me lo busco,
veo la oscuridad, el suave aroma
de sus palabras, el alambre de espino,
la camisa de fuerza;
lo veo y mi cuerpo me empuja
hacia el abismo
(sí, otra vez el abismo)
con los ojos cerrados.

Si es que así, no se puede.

De Adolescencia dos (2008)




De Anoche (2005)

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Grafomanía- Virgilio Piñera

Todos los escritores –los grandes y los chupatintas– han sido citados a juicio en el desierto de Sahara. Por cientos de miles este ejército poderoso pisa las candentes arenas, tiende la oreja –la aguzada oreja– para escuchar la acusación. De pronto sale de una tienda un loro. Bien parado sobre sus patas infla las plumas del cuello y con voz cascada –es un loro bien viejo– dice:

–Estáis acusados del delito de grafomanía.

Y acto seguido vuelve a entrar en la tienda.

Un soplo helado corre entre los escritores. Todas las cabezas se unen; hay una breve deliberación. El más destacado de entre ellos sale de las filas.

–Por favor… –dice junto a la puerta de la tienda.

Al momento aparece el loro.

–Excelencia –dice el delegado–. Excelencia, en nombre de mis compañeros os pregunto: ¿Podremos seguir escribiendo?

–Pues claro –casi grita el loro–. Se entiende que seguirán escribiendo cuanto se les antoje.

Indescriptible júbilo. Labios resecos besan las arenas, abrazos fraternales, algunos hasta sacan lápiz y papel.

–Que esto quede grabado en letras de oro –dicen.

Pero el loro, volviendo a salir de la tienda, pronuncia la sentencia:

–Escribid cuanto queráis –y tose ligeramente–, pero no por ello dejaréis de estar acusados del delito de grafomanía.

(1957)


El que vino a salvarme (1970)

martes, 7 de septiembre de 2010

Ejercicios respiratorios- Nicanor Parra

XII

Que mi salud es débil.
Que no resisto los rigores del trabajo intelectual,
Que mi pensamiento es inestable y que a menudo me equivoco en mis apreciaciones

[sobre la verdad de las ciencias y las magias del arte.
Que soy descuidado para con mi persona,
Que no me baño con regularidad
Y que mis cabellos y mis uñas crecen sin control,
Que he derrochado mi hacienda en beneficio de los pobres de espíritu,
Que he favorecido más de lo justo y necesario a los enfermos,
Que he permanecido largas horas en los cementerios
Disfrutando paganamente de la soledad y el silencio consagrado a los muertos,
Que en momentos de desesperación y orgullo he escupido el rostro de los ídolos,
Que he vuelto ebrio al templo y he caído dormido en los bancos de las plazas y en los
[tranvías,
Y que gasté mi juventud en viajes inútiles y estudios innecesarios.


Ejercicios respiratorios (1943), en Parranda Larga (Alfaguara, 2010).

domingo, 5 de septiembre de 2010

Una copla sin bisturí

Que alguien me cosa los párpados
para poder soñar.
Que anote mis sueños. Mejor,
que lo haga uno que sepa tautar.