domingo, 25 de septiembre de 2011

Un poema de Roberto Juarroz

Algún día encontraré una palabra
que penetre en tu vientre y lo fecunde,
que se pare en tu seno
como una mano abierta y cerrada al mismo tiempo.

Hallaré una palabra
que detenga tu cuerpo y lo dé vuelta,
que contenga tu cuerpo
y abra tus ojos como un dios sin nubes
y te use tu saliva
y te doble las piernas.
Tú tal vez no la escuches
o tal vez no la comprendas.
No será necesario.
Irá por tu interior como una rueda
recorriéndote al fin de punta a punta,
mujer mía y no mía,
y no se detendrá ni cuando mueras.



De Poesía Vertical I (1958)

jueves, 22 de septiembre de 2011

Química

Cuando una topilla de la pradera (Microtus ochrogaster) recibe una dosis cerebral de oxitocina, se siente vinculada de inmediato al macho que esté más cerca en ese momento, y de forma perdurable. En humanos se ha hecho una prueba similar, pero con dinero. Un equipo de economistas y psicólogos suizos demostró que una simple inhalación de un aerosol de oxitocina hace que la gente confíe más en los extraños y, por ejemplo, les preste mucho más dinero en una situación ficticia (pero con dinero real puesto por el voluntario).

Javier Sampedro

¿Qué se ama cuando se ama?

Gonzalo Rojas


Se enamoró de una sonrisa, de una lengua, de los libros de una estantería. Se enamoró del silencio, de un flequillo, de la melodía de un grupo que ya no existe. Y pensó que fue por la distancia. Pero no. Luego se pellizcó fuertemente para ver si estaba soñando. Tampoco. Al final resultó que el farmacéutico había confundido su medicación.