miércoles, 5 de mayo de 2010

María Eloy-García en el Bezmiliana (II)

Después del recital, que ha dejado a grandes y chicos con las patas colgando, os enseño lo primero y lo último que se leyó (mi presentación y el "polvo austrohúngaro" de Mariaeloy).

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Esto no es una presentación
¿Qué hacemos aquí tanto filólogo, tanto poeta y tantos expertos en localizar verbos copulativos? Que la semana de la ciencia acoja a Maria Eloy-García, poeta malagueña, nacida muchos años después de que Max Planck hiciera su hipótesis cuántica (bendita sea), me hace especialmente ilusión. Os cuento. La primera vez que leí a Walt Whitman fue porque mi profesor de matemáticas particular me prestó sus Hojas de Hierba. También me prestó Manhattan de Woody Allen. Y siempre quise tener una novia veterinaria y poeta. Mariaeloy, maleante, disruptiva, domadora de gatos (siempre y cuando no sean egipcios), está aquí hoy simplemente (que no es moco de pavo) por ser una excelente poeta. Y para eso hay que tener mucha disciplina científica. Los griegos de esto sabían un viaje (pregúntenle a Aurora). Yo mismo, cuando veo los documentales sobre teoría de cuerdas me pasa. Quieren explicar esos señores físicos –algunos aún conservan el pelo a lo afro y el bigotazo hippie- todas y cada una de las particulitas del universo. El nombre exacto de las cosas decía Juan Ramón Jiménez Mantecón. El puto nombre exacto de las cosas. A los que todavía se nos encogen las entrañas cuando leemos “Nevada” de Luis Cernuda o la “Teoría M” de Edward Witten, vemos cada día más claro que la ciencia y la poesía son algo más que buenos amigos; por eso estamos tanto amante de la letra por aquí, por eso esta poeta nos va a decir (creo) cuánto dura cuánto. Que ahí es nada. En fin, aquí les dejo con ella.

¡Que viva la poesía, que viva el Punset y que viva Maria Eloy-García!


Polvo austrohúngaro
te tomé yo por el asedio de viena
rondándome por los ojos el ejército germanopolaco
de tus dedos dudando de mi dieta
de repente sudando
santa alianza antiturca ofensiva
me conquistas hungría (tú sí que sabes lo que me gusta)
pero no me toques belgrado/
aún así tú dispuesto y por la fuerza
me arrebatas me fascinas sarajevo me dislocas transilvania
qué desastre de paz 1687
se me sublevan los balcanes
yo miro cómo me tocas y trato de moverme encima
eduardodesaboya debajo
pero te tengo cogido por el danubio/
pensar que me hiciste (austriahungría imprecisa)
la más perfecta imposición de lengua
ya no administrativa sino colonial/
que a algunos turcos vencidos todavía hoy
nos cuesta asentarnos en cualquier sitio



2 comentarios:

Anónimo dijo...

=)Enhorabuena por el blog Manolo :) Esta muy bien, pero no distingo lo que es tuyo y lo que no... xD Ya me lo dirás.
Y que no se me olvida que nos tienes que dar un recital en el instituto, eh xD
por cierto... soy Carlos, de segundo de bachillerato, un paleto que no sabe como ponerse el nombre de nick sin estar registrado xDD (qué triste)

Anónimo dijo...

cojonudo todo Manolo

haz más introducciones, que te salen de puta madre

Danilo