Me las quité. En un recital que tiene más gracia, pero me las quité.
¿Ventajas? Pues que molan. Los incovenientes están casi siempre relacionados con lo escatológico, por tanto, daré algunos detalles:
- Es necesario inventar una maniobra para la sonada de mocos, si no se quedan.
- Los olores permanecen (esto puede ser también una ventaja en algunos casos).
- Los besos.
Aún así, mola. Mesarse (que, por cierto, según el DRAE significa arrancarse los pelos de la barba) mola. Parecer más respetable mola. Tener más pinta que antes de tener papel es -cuanto menos- gracioso. Ser el blanco de nuevos sobrenombres (geipermán, Sr. Noland, el loco de las coles) mancantao.
Así que vuelvo a dejármelas. Además, todavía me quedan cosas por probar.