ojos de pez insomne
No fueron sus ojos
lo último que vi.
Ni sus labios
lo último que probé.
Sólo podía mirar
su espalda blanca y su culo azul.
Mis ojos de pez insomne
siguen allí.
Mis piernas,
ya están en casa.
(Agosto de 1998)
José Óscar Lopez
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NUESTRO templo no era exactamente un templo.
Había allí miles de libros en vez de un solo libro,
innumerables creadores y creaturas
en vez de un sol...
Hace 1 semana
2 comentarios:
culo zaul, calva azul... dios montaña...
me gustan los culos azules, me recuerdan a Rubén Darío
y me gusta este poema tú
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