Acabo de ver Las invasiones bárbaras (2003) de Denys Arcand, y me he acordado de este maravilloso Satori de mi maestro, Paco Ruano. Les dejo con él:
Aquí me tienes.
Me ha costado más de lo que crees. Siempre me dije que eso de morir era un fracaso...pero aquí me tienes. He venido varias veces, ya lo sabes; aunque hoy, no sé cómo, me he visto verdaderamente dentro de ese hueco que tú ocupas. Será porque es febrero y hace un frío de muertos. Será eso. No me extraña que murieras en febrero. Bueno, ya no me extraña nada, ni nadie. Es a lo que vengo; vengo a decirte que me rindo, que por fin asumo tu estatura y la de toda esa gente que espera fuera, agarrada a los escalofríos de la vida, a que les toque turno. ¿Me comprendes? Hoy siento que os entiendo; que nada se me esconde de tus miedos y los suyos...de ese pánico de los días. Sé que me recuerdas muy distinto...trazando caminos... pero ha pasado tanto desde que te fuiste...pasó de todo. Al final, le vino al corazón una sequía indomable que agrietó la charca que me ofreciste. Aguantó fresca lo posible, es verdad, y te lo debo. Lo hiciste bien...lo hiciste bien, no te preocupes. Me llega en buen momento todo esto que te cuento. Quiero decir: que no vengo triste, que vengo conformado, que leo con respeto suficiente las letras de tu lápida, con el mismo respeto con el que empiezo a leer las de cualquiera de ésos que se ocultan de febrero como pueden al otro lado de las tapias.
Me ha costado más de lo que crees. Siempre me dije que eso de morir era un fracaso...pero aquí me tienes. He venido varias veces, ya lo sabes; aunque hoy, no sé cómo, me he visto verdaderamente dentro de ese hueco que tú ocupas. Será porque es febrero y hace un frío de muertos. Será eso. No me extraña que murieras en febrero. Bueno, ya no me extraña nada, ni nadie. Es a lo que vengo; vengo a decirte que me rindo, que por fin asumo tu estatura y la de toda esa gente que espera fuera, agarrada a los escalofríos de la vida, a que les toque turno. ¿Me comprendes? Hoy siento que os entiendo; que nada se me esconde de tus miedos y los suyos...de ese pánico de los días. Sé que me recuerdas muy distinto...trazando caminos... pero ha pasado tanto desde que te fuiste...pasó de todo. Al final, le vino al corazón una sequía indomable que agrietó la charca que me ofreciste. Aguantó fresca lo posible, es verdad, y te lo debo. Lo hiciste bien...lo hiciste bien, no te preocupes. Me llega en buen momento todo esto que te cuento. Quiero decir: que no vengo triste, que vengo conformado, que leo con respeto suficiente las letras de tu lápida, con el mismo respeto con el que empiezo a leer las de cualquiera de ésos que se ocultan de febrero como pueden al otro lado de las tapias.
R.I.P.
FRANCISCO RUANO GÓMEZ
30 DE AGOSTO DE 1958- 2 DE FEBRERO DE
1 comentario:
Lástima que no difunda más sus Satori, porque son una delicia. Y sí, también fue mi maestro, como de tantos otros.
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