viernes, 19 de septiembre de 2008

Al final va a resultar que los poemas que más he odiado, que más me han quemado por dentro al escribir -tan alejados de mi estilo actual-, van a ser los que más aprecio les tengo hoy. Será que estoy madurando. Es broma. Seguro que es por otra cosa.


Pero no se cierren en banda
sobre la espiral efímera de la inconsciencia,
no se golpeen en todas las paredes que se encuentren.
Que no tiene que ser tan difícil
ni tan largo el camino borroso de la incertidumbre.
La desesperación puede engendrarnos enemigos,
pero confíense. Ya aprenderán
sobre la marcha.
Ahora reúnan fuerzas
y cuando los cristales salgan
de sus ojos, aprieten los labios
.


(2005)

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