‘Adolescencia dos: poemas hormonados’ es tu primera obra, aunque no tu primera publicación. ¿De dónde surge la oportunidad?
Para los que nos movemos sobre terrenos movedizos en esto de la poesía, no es nada fácil publicar. Aunque este libro se inició en un cuaderno, creció en los recitales que fueron surgiendo durante la temporada 07/08. Así que mi oportunidad no llegó por el camino oficial, sino por el de la editorial independiente (o alternativa). Sim / Libros y sus editores Diego Vaya y Jaime Galbarro, que me habían leído y escuchado los poemas, apostaron desde el principio por este libro. Y de este modo nació el proyecto, el del libro y el de la editorial (Adolescencia dos es el primero de la colección).
¿Cómo defines la perfopoesía?
No es fácil (porque, entre otras cosas, es un concepto bastante permeable), pero podemos hacer un intento de definición. La perfopoesía (término acuñado por Antonio G. Villarán, el Cangrejo Pistolero –poeta y provocador artístico-, aunque intercambiable con otros como poesía escénica, polipoesía, etc.) aporta al recital (la perfopoesía es fundamentalmente oral) esa apoyadura para enriquecer el significado del poema: con música, video, atrezzo, interpretación… O mejor, da al poema simplemente lo que necesita, porque, en ocasiones no requiere nada más que ser bien recitado. En resumidas cuentas, la perfopoesía acerca la literatura a un público más amplio, porque juega con lenguajes (el audiovisual, por ejemplo) con los que estamos más familiarizados.
¿Consideras que, en la sociedad en la que vivimos, aún queda espacio para la literatura?
¡Y tanto! Ahora más que nunca, creo que la literatura, y el arte en general, es a lo que mejor podemos agarrarnos. La literatura (independientemente de los cambios en la bolsa) da consuelo, esperanza, pero también nos pone los pies en la tierra. Y gratis. Sólo hay que conseguir que la gente consuma literatura (en eso estamos…), igual que consume (masivamente) otras artes, como la música o el cine.
¿Desde cuándo escribes? ¿De dónde surgió ese amor por las letras?
Escribo desde los catorce o quince años, animado por dos profesores, uno de literatura y de los mejores escritores de la provincia, Francisco Ruano, que me enseñó que esto de la poesía es también un oficio (la inspiriación está sobrevalorada…), y otro de matemáticas, Juan Miguel Simarro (actualmente profesor de economía en la UHU) que me prestó Hojas de hierba de Walt Whitman y me abrió los ojos. A partir de ahí, no pude dejarlo.
¿Qué sientes cuando escribes?
Siento que necesito escribir. Me explico. Con el tiempo me he dado cuenta de que pinto fatal, que no soy tan buen músico como me gustaría y que esto es lo que sé hacer. Cuando necesito expresar, cuando necesito compartir, escribo.
Tus inicios se remontan a las tardes de los viernes en el antiguo café bar Otawa con ‘Madera Húmeda’, ¿Qué ha quedado de aquel chico? ¿Qué ha quedado de su poesía?
Quiero pensar que mucho. Porque “Madera Húmeda” fue una gran escuela para muchos compañeros literarios y para mí mismo, claro. Ahí comencé a recitar, y a recibir y hacer críticas. Sin “Madera Húmeda” (sin Ángel Poli, sin Paco Ruano, sin Manuel González, sin Jesús Cervetto, por citar algunos de los tertulianos) no sé que hubiera sido de mi poesía, pero seguro que otra cosa.
Háblame de los comienzos de la Revista Chichimeca, ¿de dónde surge la idea? ¿Cómo se sustenta esa publicación literaria?
La idea de Chichimeca surge de una necesidad. Manuel González y yo observábamos una gran calidad literaria a nuestro alrededor (en “Madera Húmeda”, en la Facultad de Filología de Sevilla, donde estudiábamos) sin posibilidad de salir a la luz. Por eso nace la Revista Chichimeca. Pero el proyecto, que financieramente se sustenta a golpe de subvención (por eso mismo llevamos un par de años parados), se ha ido transformando. Nuestras presentaciones de la revista siempre fueron un tanto irreverentes, así que –casi de forma natural- fuimos transformándolas en perforrecitales (bastante gamberros, por cierto). De hecho, acabamos de estrenar nuevo espectáculo (“Los poetas también comen”) en el II Festival Internacional de Perfopoesía de Sevilla.
¿Qué labor realizas dentro de la UHU?
Un poco de todo, la verdad. Coordino el Aula de Literatura de la Universidad, el programa de literatura de Uniradio, Las afueras (también llevo el de música Indie, Metapop) e imparto alguna que otra clase en el Departamento de Filología Española.
Suplemento 'La Onubense', Odiel Información, 4/03/09