jueves, 22 de septiembre de 2011

Química

Cuando una topilla de la pradera (Microtus ochrogaster) recibe una dosis cerebral de oxitocina, se siente vinculada de inmediato al macho que esté más cerca en ese momento, y de forma perdurable. En humanos se ha hecho una prueba similar, pero con dinero. Un equipo de economistas y psicólogos suizos demostró que una simple inhalación de un aerosol de oxitocina hace que la gente confíe más en los extraños y, por ejemplo, les preste mucho más dinero en una situación ficticia (pero con dinero real puesto por el voluntario).

Javier Sampedro

¿Qué se ama cuando se ama?

Gonzalo Rojas


Se enamoró de una sonrisa, de una lengua, de los libros de una estantería. Se enamoró del silencio, de un flequillo, de la melodía de un grupo que ya no existe. Y pensó que fue por la distancia. Pero no. Luego se pellizcó fuertemente para ver si estaba soñando. Tampoco. Al final resultó que el farmacéutico había confundido su medicación.

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